Monday, December 3, 2018

La FELCN decomisó más de cinco toneladas de drogas en fronteras



Entre el 1 de enero y el 25 de noviembre de 2018, agentes de la fuerza antidrogas incautaron 3,3 toneladas de cocaína y 1,9 toneladas de marihuana en 1.534 operativos realizados en las fronteras con Argentina, Brasil, Chile, Perú y Paraguay.

Boris Mendoza, jefe del Departamento Nacional de Planeamiento y Operaciones de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN), detalló a Cambio que los operativos se realizaron en las poblaciones fronterizas de Bermejo y Yacuiba en Tarija, y Villazón de Potosí (Argentina y Paraguay); San Matías, Puerto Quijarro (Santa Cruz); Guayaramerín (Beni) y Cobija (Pando) en los límites con Brasil.

Además, en Pisiga (Oruro) y Desaguadero (La Paz), regiones cercanas a Chile y Perú.

En esos puntos la fuerza antidrogas cuenta con puestos de control y unidades patrulleras, lo que posibilitó el decomiso de la droga y la aprehensión de 386 personas que intentaban introducir sustancias ilícitas a Bolivia o llevarlas a otros países. También, el secuestro de vehículos, avionetas, equipos de comunicación, armas de fuego y la destrucción de varios laboratorios de cristalización y de almacenaje ubicados en territorios fronterizos.

“Entre los detenidos detectamos a varios ‘tragones’ (personas que ingieren cápsulas con droga), pero la mayoría de la sustancia que decomisamos fue en vehículos en los que los narcotraficantes la escondieron hábilmente”, dijo.

Explicó que algunos traficantes ocultan la droga en los faroles, luces de freno, entre el motor o incluso reemplazan partes del chasis para camuflar la mercancía.

“Varios operativos que hemos realizado fueron coordinados con agentes de países vecinos como Chile, con quienes ejecutamos una operación conjunta entre el 14 y el 20 de marzo con buenos resultados. Designamos patrullas para que vigilen la frontera con ese país y se hicieron rondas las 24 horas en carreteras, trancas y caminos no autorizados. Ellos hacen lo mismo y así se encajona a los narcotraficantes porque no tienen dónde más ir”, señaló el jefe policial.
En esa acción coordinada la FELCN incautó 480 kilos de droga, entre cocaína y marihuana, en tanto que Chile obtuvo resultados similares en su territorio.
interdicción
En las fronteras sólo se ejecutan operativos de interdicción, en los que necesariamente los uniformados deben portar armas de fuego, en caso de cualquier enfrentamiento con los narcotraficantes.

Por lo general dos patrullas de cada uno de los puestos realizan rondas en motorizados. Cada una de esas unidades cuenta con cinco agentes.

“La mayoría de los operativos exitosos que tuvimos fue en carreteras. Estratégicamente variamos los horarios para realizar los patrullajes a fin de que no haya una rutina que los narcotraficantes puedan controlar”, manifestó.

Los agentes transitan por rutas alternas a las carreteras principales, por caminos más angostos, puesto que los narcotraficantes conocen los controles y los evitan en las vías principales.

“Los patrullajes son complejos en estas regiones porque los narcotraficantes conocen muchas vías clandestinas que hay en la mayoría de los lugares fronterizos, además que contratan a los denominados ‘loros’ o informantes”, dijo.

Los ‘loros’ operan de dos maneras: antes de que circule el camión o vehículo con la droga, se adelantan otros tres o cuatro por distintas rutas para verificar si hay controles y así informar al chofer que lleva la mercancía. Esta alerta le permite ir por otra ruta donde no hay policías.

“También contratan a algunas personas que salen a la carretera o vigilan desde los cerros (puntos estratégicos), donde ‘supuestamente’ van a ch’allar o a hacer bailes, pero en muchos casos se trata de informantes”, detalló.

Ante estos hechos, la FELCN prioriza los controles en rutas denominadas ‘cuello de botella’, donde varios caminos confluyen en un mismo lugar y luego se distribuyen a otras regiones.

“De 10 operativos que realizamos por día, en tres tenemos éxito”, agregó.

Labor de Inteligencia

Asimismo, destacó el aporte de Inteligencia de la FELCN, ya que cuando se conoce que un camión ingresará con un cargamento “grande” de droga, se identifica a los ‘loros’ y se paralizan los patrullajes. Estratégicamente los agentes van a la ruta y esperan a los narcotraficantes sin ser detectados.

“En el caso de las avionetas, las detenemos cuando están por despegar de territorio boliviano o cuando llegan, lo que siempre se produce en pistas clandestinas. Cuando intervenimos, pedimos apoyo de las unidades departamentales para realizar el operativo entre unos 50 policías, ya que una avioneta siempre aterriza en una propiedad de narcotraficantes. Si tenemos poco personal, podemos sufrir bajas, ya que no dudan en usar sus armas de fuego para tratar de huir”.

“Bolivia es país de tránsito, los narcos prefieren comprarla fabricada y procesada”

El director nacional de la FELCN, Marco Ibáñez, detalló que la cocaína en Perú es mucho más barata que en Bolivia, y que por eso la mayoría de los narcos nacionales optan por comprarla en ese país para posteriormente revenderla en otros países como Argentina, Chile o Brasil.

“Aclaramos esto porque Bolivia no es productor, sino un país de tránsito o de acopio, ya que en Perú un kilo de clorhidrato de cocaína vale aproximadamente $us 1.200, y el de pasta base $us 700. Para producir en Bolivia un kilo de pasta base se necesitan unos $us 900 y para clorhidrato aproximadamente $us 1.200”, detalló.

Por esta razón la mayoría de los narcotraficantes prefieren comprar el clorhidrato en Perú para revenderlo en Brasil por un valor de aproximadamente $us 4.000; mientras que otros adquieren la pasta base en el país vecino, la procesan en Bolivia para convertirla en clorhidrato, y la acopian con una inversión de otros $us 500. “Les cuesta $us 1.200 y luego la revenden a $us 4.000”.

Añadió que los delincuentes que se dedican a este ilícito prefieren adquirirla ya producida porque pagan lo mismo y así evitan otros riesgos si son detectados fabricándola en el territorio nacional.

Según datos de la FELCN, en 2017 se destruyeron 36 laboratorios de cristalización, sin embargo, este año ya se eliminaron 47; además de 43 laboratorios de reciclaje, donde almacenan la cocaína, mientras que el año pasado sólo fueron 31.

“Bolivia es un país de tránsito y de acopio de la droga. No somos un país caracterizado por ser productores de narcotráfico, y además nuestros índices de consumo han disminuido respecto a otros años. No vamos a tapar nada, y sí hay producción de droga en Bolivia, sí hay consumo, pero no en grandes cantidades”, manifestó.

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