Después de 23 días de terapia intensiva a la que fue sometido el sargento Juan Fernando Apaza Aspi, en el hospital Obrero, un paro cardiaco terminó con su vida, al promediar las 14.15 horas de ayer. El comandante de la Policía, general Rino Salazar, informó que no fue posible reanimarlo.
Salazar lamentó el fallecimiento del sargento Apaza, quien recibió atención médica en la unidad de terapia intensiva; y en todo este período le practicaron siete intervenciones quirúrgicas, pero su organismo no pudo resistir más y acabó su vida con un paro cardiaco.
“No fue posible reanimarlo”, dijo Salazar a tiempo de señalar que “la conducta heroica y valerosa de nuestro sargento Apaza será escrita en la historia de la Policía Boliviana, como un ejemplo de servicio y vocación hacia la sociedad”.
Anunció que recibirá todos los honores como corresponde y será ascendido al grado de suboficial. También dijo que el velorio será en la zona de Bella Vista, y que la misa de cuerpo presente se llevará a cabo en el Comando General para su posterior sepelio en el mausoleo de la institución policial.
ÓRGANOS
Informó que la situación del sargento Apaza era delicada, debido a que gran parte de sus órganos internos estaban afectados por los proyectiles del arma de fuego que ingresaron a su organismo.
Los proyectiles afectaron a los riñones, hígado, intestino y otros órganos más. En un momento requería diálisis, pero no podía resistir debido a que su presión sanguínea era baja.
Destacó la labor del equipo médico de terapia intensiva, que hizo todo lo posible para salvarle la vida al sargento, pero sintió mucho que no se haya logrado mejorarle la salud.
QUERELLA
Mientras tanto, el general Salazar afirmó que la imputación se ampliará a asesinato, y exigirán la pena máxima para el responsable.
Informó que son parte de este proceso los abogados del comando departamental del comando general y del Ministerio de Gobierno, quienes tramitarán el caso y pedirán la pena de 30 años de cárcel para el autor de los múltiples disparos que le hizo al infortunado sargento. El autor se encuentra con detención preventiva.
ATRACO CALLEJERO
La noche del sábado 14 de enero, el sargento Apaza estaba por ingresar a su turno en el Banco Central de Bolivia (BCB), pero un robo a una librecambista, registrado momentos antes, llamó su atención e intervino y logró dar con el sujeto que robó a la mujer. Sin embargo, el ladrón portaba un arma de fuego y la usó en contra de la humanidad del policía, quien recibió varios impactos de bala.
El sujeto fue capturado y llevado a dependencias de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), donde inicialmente proporcionó identificación falsa.
Mientras tanto, el policía herido fue evacuado y llevado de emergencia al hospital, en donde hasta ayer permaneció en terapia intensiva y lamentablemente no resistió y falleció.
CHONCHOCORO
En enero, la juez cuarto de materia en los penal cautelar, Margot Pérez, determinó enviar con detención preventiva al peligroso criminal, imputado por los delitos de robo agravado y tentativa de homicidio, entre otros aspectos, además por la duda respecto de su identidad. La juez dispuso su envío al penal de Chonchocoro.
El imputado fue puesto ante la autoridad, luego de ser aprehendido y sindicado de asaltar a una librecambista y disparar con arma de fuego al policía Apaza, quien intentó reducirlo en cercanías de la plaza Murillo, de la ciudad de La Paz, el pasado mes.
MEDALLA “AL VALOR”
El pasado 28 de enero, el comandante general de Policía, Rino Salazar, condecoró con la Medalla “Al Valor” al sgto Juan Apaza Aspi, que el 14 de enero fue baleado por auxiliar y frustrar un robo a una librecambista, en pleno centro de La Paz.
En la ocasión, la madre del policía, María Aspi, recibió la máxima distinción de la Policía, y en esa fecha expresó que su hijo estaba aún en situación crítica. Pese a varias intervenciones quirúrgicas que se le realizaron no pudo sobrevivir.
“Somos servidores públicos aunque estemos de descanso o de civil”, indicaba el general Salazar, al recordar que el sarngeto que no estaba de servicio, defendió a la sociedad y en procura de reducir al delincuente recibió fatales impactos de bala.
“Esta actitud del sargento Apaza va a estar escrita en las páginas de la historia de la Policía Boliviana como un acto heroico de servicio a su sociedad. A su familia, siéntanse orgulloso de haber criado un hijo con valores, un policía héroe. Para nosotros, un ejemplo”, señalaba Salazar el día en que entregó la medalla.
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