El subdirector departamental de Bomberos, capitán Jorge Ramírez, exhortó a tomar medidas inmediatas de prevención para los dirigentes de comerciantes instalados en la calle Uyustus de La Paz, lugar donde se registró el mayor siniestro en la primera hora del nuevo año, con pérdidas materiales que aún se calculan.
El experto advirtió que sin medidas preventivas, un incendio de magnitud como el que se registró el viernes, puede repetirse con fatales consecuencias. Además de recordar que dicho hecho es el tercer caso de incendio atendido en la misma zona comercial en la presente gestión. El primer caso ocurrió en los depósitos de jugueterías, donde una vivienda fue consumida por completo.
El sábado 27 de diciembre de ese año, una vivienda que era empleada como almacén de mercadería, en la calle Incachaca, ardió por unas tres horas y demandó una redoblada labor de los bomberos y personal de emergencia, siendo ese el segundo caso.
Extenuado, con los ojos enrojecidos por el humo tóxico, con el chaquetón mojado y el casco cubierto de cenizas, Ramírez dirigió la extinción del mayor incendio registrado y lamentó que una recomendación hecha en 2014 no se haya cumplido.
Durante la extinción, seis personas fueron llevadas a centros de emergencias con problemas respiratorios y el fuego amenazó a otros almacenes que guardan la mercadería que se comercializa en la calle Uyustus.
PROBLEMAS
Ramírez describió los problemas enfrentados por los bomberos el pasado viernes 01 de enero de madrugada en la calle Uyustus: En el lugar existe una excesiva concentración de mercadería, tanto en almacenes como en anaqueles que, de manera desordenada, guardan material que es altamente inflamable.
Esa acumulación de productos e instalación improvisada de puestos de venta terminó por cerrar las calles e impide el paso de camiones cisternas, carros bomba y ambulancias, con alto riesgo para la vida de los habitantes y transeúntes ocasionales.
En el incendio registrado en la primera hora de 2016, el personal contra incendios no pudo aproximarse al sitio de las llamas y tuvo que instalar cuatro tramos de mangas de una y media pulgadas, sobre una distancia de unos 100 metros.
Esas operaciones, de transporte de los vehículos contra incendios desde la base de operaciones hasta las proximidades del siniestro, las dificultades de acceso y la instalación de mangas de ataque al fuego fueron interpretadas por dirigentes de los comerciantes como una demora.
Cada paso en una operación contra incendios toma un tiempo y los carros bomba llegaron en 8 minutos después del primer llamado, explicó Ramírez y desvirtuó las versiones de demora que difunden dirigentes de los comerciantes.
Los pasos previos a la acción antillamas pudieron abreviarse en caso de haber existido el acceso por las calles, pero la mercadería depositada en anaqueles representan el mayor obstáculo para el trabajo de los bomberos, ratificó Ramírez.
BOCAS DE INCENDIOS
Ramírez pidió en varias oportunidades la instalación de bocas de incendios consistentes en hidrantes para el abastecimiento de agua con alta presión, a los cuales debe agregarse mangas y un pitón (mecanismo final para lanzar chorros de agua), que pueden ser operados por los vecinos de la vía comercial.
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