La resolución será enviada al Tribunal Nacional Disciplinario de La Paz, que deberá confirmarla o anularla, para que se efectivice la destitución.
LOS HECHOS El viernes 6 de marzo de 2015, cuando se desempeñaba como jefe de Seguridad de la cárcel de San Antonio, el teniente Diego Óscar Céspedes Pérez ordenó al cabo de llaves que dejara entrar a la visita Carla Fernández Espinoza para tomar contacto con el recluso Julio Martínez y entregarle una bolsa de pollo frito. El cabo de llaves quiso requisar la bolsa como corresponde, tomando en cuenta que las visitas de los internos intentan ingresar droga hasta en platos con sopa, pero Céspedes le ordenó que dejara entrar a la mujer sin ser revisada.
Agentes de Inteligencia que estaban en el lugar examinaron el contenido de la bolsa y descubrieron que dentro del pollo frito había 1.005 gramos de marihuana escondidos.
La mujer fue aprehendida y ella admitió que actuaba en complicidad con el teniente Céspedes. El 10 de marzo, el oficial fue convocado a prestar sus declaraciones ante la Fiscalía y fue aprehendido por el delito de tráfico de sustancias controladas.
En la vía penal, fue imputado por el delito de tráfico de drogas y aunque su abogado pidió que el oficial se defendiera en libertad, el juez de la EPI Sur consideró que Céspedes ya tenía una denuncia por incumplimiento de deberes y cohecho pasivo (cobros indebidos a dueños de vehículos indocumentados en el Chapare) y ordenó su detención preventiva en la cárcel de El Abra, para evitar que obstaculice las investigaciones de la Fiscalía.
Al margen del informe de un efectivo policial y del testimonio de una detenida, lo que ayudó a comprobar que el teniente Diego Céspedes estaba implicado en el tráfico de drogas en la cárcel de San Antonio, fueron las fotos de la comunicación telefónica y de mensajes de texto que el oficial mantuvo con la traficante de marihuana Carla Fernández. El proceso en la vía penal continúa en la fase investigativa.
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