Al poco tiempo lo echaron de la casa donde vivía, pero encontró apoyo en una unidad de la Policía que hace méritos para que la gente la reconozca por el servicio.
El Grupo de Apoyo Civil a la Policía (GACIP) fue creado el 23 de junio de 1998, con la intención de que la población civil coadyuvara a los uniformados en los servicios de "patrullaje, auxilio, prevención y cooperación para preservar el orden público”, reza la misión de la unidad.
En septiembre del mismo año llegó a la ciudad de La Paz y hoy en día se encuentra en los nueve departamentos.
Sentado tras su escritorio en la oficina de la avenida del Ejército, frente al Teatro al Aire Libre, el comandante del GACIP en la ciudad de La Paz, Víctor Hugo Patzi, explica que las tareas de esta unidad prácticamente se dividen en lo que es el apoyo a algunas tareas de la Policía, la educación, apoyo psicológico, el GACIP Junior y el GACIP Solidario, "que es nuestro fuerte”.
El uniformado resalta esta labor al afirmar: "Nos hemos constituido en la unidad solidaria de la Policía, cualquier persona que entre acá no se irá con las manos vacías”, y añade: "Bueno..., ¿por qué no dar una mano si alguien lo necesita? Si uno jura como oficial de Policía para servir a la sociedad, ese servicio tiene que ser a los más necesitados”.
A estas dependencias llega gente con azúcar, útiles escolares, ropa, fideos, equipos, dinero, así de improviso o con el conocimiento de que alguien requiere de eso que ellos tienen.
En un rincón de la oficina del comandante se depositan algunas de las donaciones. En los dos años seguidos que Patzi está al mando le tocó ayudar a varias personas.
Como a Susana Mamani, a quien la fuerza anticrimen encontró en una especie de carpa construida con calaminas y banners rotos, con cinco niños que se alimentaban a base de chuño y grasa.
Gestionaron para ella la construcción de una vivienda aún pendiente, le regalaron víveres, dinero y calor humano.
Un invierno llegó a la unidad un niño con abarcas y polera. Le dieron almuerzo, abrigo y una mochila llena de ropa para que la comparta con su familia.
Vienen incluso de otros departamentos, viajeros que en La Paz se quedan con hambre, con frío y sin un peso en el bolsillo para retornar a sus hogares. Cuando una mujer llegó con sus tres nietos a pedir ayuda y la demanda había sobrepasado la capacidad de colaborar, a alguien se le ocurrió vender café en la calle. Bautizaron la iniciativa como "Café Solidario”.
Hicieron hervir agua, uno sacó azúcar, otro café, dibujaron un cartel con Paquito (la famosa mascota de la Policía) y lo colgaron en el puesto que instalaron en puertas del GACIP.
Al cabo de una semana la mujer se fue con 600 bolivianos, sus tres nietos y el cartel con la esperanza de que el negocio rindiera igual en su lugar de origen.
Lo que se repite cada semana -dice Patzi- es la venta del "ají de fideo solidario”. Una voluntaria sale a venderlo al atrio de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) para reunir fondos para los necesitados.
Actualmente esta unidad la conforman en la ciudad de La Paz 24 efectivos policiales, 80 voluntarios antiguos y algo más de 200 nuevos que colaboran a la institución verde olivo en eventos deportivos, culturales o de otro tipo, además de tareas de rescate y auxilio.
Este mes están abiertas las inscripciones para quienes deseen ser parte del GACIP. Los requisitos son tener más de 17 años, fotocopia de cédula de identidad, croquis del domicilio y otros datos personales.
"El requisito que particularmente yo exijo es que tengan voluntad y ganas de colaborar a la sociedad, acá no tiene que haber flojera”, recalca Patzi.
El tiempo de trabajo sin remuneración se acomoda al tiempo libre que tenga el voluntario, ya sea que estudie, trabaje o esté de vacaciones indefinidas.
Para más información, el GACIP tiene una línea gratuita que es el 800140214. También puede llamar si requiere alguna ayuda o usted desea brindarla.
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