La juez del juzgado Décimo Tercero de Materia en lo Penal, Melina Lima Nina, determinó ayer la detención preventiva en el penal de San Pedro del segundo sindicado de la muerte del Sargento de Policía, José Luis Quispe, el pasado 17 de agosto, durante un operativo de intervención en la mina Ananea del municipio de Tacacoma, por un conflicto de propiedad.
José Luis Ch. P. fue reconocido por al menos tres de las víctimas del enfrentamiento y su participación fue acreditada con documentación, informó el fiscal del caso, Genaro Quenta.
El testimonio del sospechoso, implica a otros 10 comunarios de quienes se afirma tuvieron participación directa con el “asesinato” del sargento Quispe, informó Quenta.
De acuerdo con la relación de hechos, en la imputación formal, un contingente de 171 efectivos policiales, a la cabeza del Inspector General de la Policía Nacional, General Julio Cesar Reinaga y el comandante departamental de Policía, coronel José Luis Aranibar, ingresan a la localidad ubicada dentro del municipio de Tacacoma de la provincia Larecaja, con el objetivo de recuperar el control de la mina. Esto, en cumplimiento de la resolución dictada (en el mes mayo) por la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera (AJAM) de La Paz, ordenando recuperar el control de este yacimiento de manos de comunarios de Ananea a favor de los cooperativistas.
Al margen de los 171, se menciona que se tenía la presencia de efectivos de inteligencia. Sin embargo, se observa como un procedimiento irregular, cuáles fueron las razones por las que el contingente fue dividido y al inicio del operativo, se dispuso que solo ingresaran dos grupos de 8 efectivos cada uno.
Los grupos, avanzaron a la zona por vías distintas, donde se encontraron con los comunarios que los superaban en número, se menciona el número de 60.
El grupo de ocho, en el cual se encontraba el sargento Quispe, avanzó por la parte alta del ingreso al sector de la mina y en una primera instancia se enfrentó a un grupo de comunarios al que los ochos uniformados lograron dispersar.
Sin embargo, al descender a la base de la loma, los comunarios, reagrupados y reforzados en número, desarticulan a la patrulla de Quispe, siendo retenido él y otros cuatro efectivos, pero en el caso del fallecido, es retenido y golpeado para luego ser arrojado a un precipicio cercano al camino, según la versión que logró establecer Freddy Velásquez, abogado de la esposa del sargento, Nancy Pimentel.
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