Dos policías cada mes, en Cochabamba, toman la extrema decisión de abandonar sus funciones de seguridad y servicio a la población por los bajos salarios que perciben. Su situación económica les obliga a buscar opciones.
Esto deriva en procesos, en el marco de la Ley 101 del Régimen Disciplinario de la Policía Boliviana, que en su artículo 13 señala como una falta grave el incurrir en la deserción, es decir, la inasistencia o abandono injustificado de sus funciones por tres días continuos sin una causa justificada. La sanción es el retiro o la baja definitiva de la institución sin derecho a la reincorporación.
El Tribunal Disciplinario es el que se encarga de procesar estos casos.
En los primeros tres meses y medio de este año se remitieron 33 casos a esta instancia, de los cuáles siete fueron por deserción, dos por mes.
El presidente del Tribunal Disciplinario de Cochabamba, coronel Henry Terrazas, explicó que los policías procesados llevan más de seis años en la institución y la mayoría pertenece al Batallón de Seguridad Física.
Estos uniformados pasaron con todos sus antecedentes al Régimen Policial, por lo que si los someten a un proceso disciplinario, lo hacen como reincidentes y por faltas graves que ameritan el retiro temporal y la baja.
"Los policías ya no se presentan a la audiencia del proceso disciplinario, directamente se van. Se han dado casos en los que durante la investigación argumentan que es por el bajo salario y las condiciones de trabajo".
Dentro del proceso de investigación también se determina que todos ellos encontraron otras opciones de trabajo, con una mejor remuneración y una mayor estabilidad.
Es el caso de Windsor Tunqui, un policía que después de cuatro años de servicio en el Batallón de Seguridad Física decidió dejar el uniforme y dedicarse a trabajar como comerciante con su esposa.
"Hemos tomado un puesto en La Cancha en alquiler y vendemos artículos para los animales. Tengo dos hijos y el dinero no alcanzaba para sus estudios y otros gastos".
Tunqui no se presentó a la audiencia del proceso disciplinario en la que el Tribunal decidió su baja definitiva.
Según explicó, no tuvo otra opción porque la situación de su familia era muy crítica y derivó en problemas en la relación con su esposa.
SIN OPCIÓN
Otro policía, que lleva dos años en la institución y tiene 24 años, justificó su permanencia por la necesidad de “recuperar la inversión que hizo en sus estudios”. Calculó que en los dos años que estuvo en la Escuela Básica Policial invirtió más de 10 mil dólares (70 mil bolivianos) en los gastos del uniforme, armamento, textos, alimentación, transporte y otros, en el que se encuentra una garantía que dejó, de 5.000 bolivianos, al empezar. Hasta ahora no entiende el porqué nunca le devolvieron.
“Ahorré 20 mil bolivianos en mi trabajo en una tienda y ese dinero me lo he gastado en tres meses. Ahora con mi sueldo no puedo pagar el resto de dinero que me prestó mi madrina para continuar en la Policía”.
Su salario actual es de 2.100 bolivianos, monto que no le alcanzaría, reconoce, para sus gastos si tuviera que pagar por el lugar donde actualmente vive. En estos dos años solo logró comprarse los muebles de su dormitorio, pero ahora no es suficiente y está a punto de desertar de la institución. El policía recientemente se comprometió con su pareja, la misma que espera un hijo.
“Debo pensar en mi familia y con este sueldo no voy a poder mantenerla. Ya estoy viendo de volver a mi anterior trabajo porque ganaba más”.
Los policías que abandonan la institución verde olivo se dedican al comercio informal, trabajan como transportistas, consolidan un negocio y hasta llegan a ser parte de la delincuencia, a la que antes se enfrentaban.
Los que todavía continúan, aprovechan sus horas de descanso para dedicarse a otras actividades y así mejorar sus ingresos. Y los que no tienen esta oportunidad, esperan una mejor oferta y cuando la encuentran se alejan de la institución policial.
También están los que no lo harán porque, pese a lo que llaman maltrato e injusticias, aseguran que tienen vocación de servicio y quieren seguir velando por la seguridad de la población en general.
Es el caso de un suboficial que trabaja en el área administrativa y tiene 25 años de antigüedad en la Policía. Su salario mensual es de 3.500 bolivianos, siendo su haber básico de 2.200 bolivianos, aproximadamente, monto que, según explicó, no llega a cubrir los gastos de sus cuatro hijos y su esposa. Se vio obligado a realizar otras actividades lucrativas. Trabajó como taxista, vendedor y hasta empleado de su misma pareja en un negocio particular en el mercado.
"Ella (su esposa) se ríe de mi sueldo. Vivimos en su casa".
Según el uniformado, su formación como abogado le ayudó a continuar al servicio de los demás, "sin desmayar". Reconoció que algunos de sus camaradas, que tienen salarios menores y una falta total de compromiso con la institución, incurrieron en la corrupción y cobraron "el bono del pueblo" (código que manejan para referirse a los sobornos que reciben de la ciudadanía).
Para el suboficial, además de los bajos salarios, deben enfrentar las estafas al interior de la Policía. Recordó que en la década del 90 se le presentaron varias oportunidades de adquirir lotes del Consejo de Vivienda Policial (Covipol) y una de ellas pudo consolidarla. Sin embargo, hasta ahora descubrió que la ubicación que le dieron corresponde a un área verde. Pese a esto, debe seguir pagando ese crédito por 20 años más y le significa un descuento mensual de más de 200 bolivianos.
"A nosotros que necesitamos vivienda nos estafan y los jefes tienen sus casas y muchas facilidades, incluso, en La Paz, le regalaron un departamento a un comandante. Esas injusticias vivimos".
El presidente de la Asociación de Suboficiales, Sargentos, Clases y Policías (Anssclaspol), José Cáceres, también reportó que entre las otras ocupaciones que tienen los policías en “su tiempo libre” está el de choferes en diferentes empresas de transporte público. Los que tienen más posibilidades se compran un taxi y lo utilizan para brindar el servicio en la ciudad. Por cinco años, un suboficial con más de 30 años de servicio, tuvo esta posibilidad ya que en la entidad bancaria donde trabajaba hacía turnos pasado un día. Sin embargo, ahora, con el cambio a otra empresa, aseguró que no es posible porque debe cumplir un horario de oficina todos los días.
Según el licenciado en Ciencias Policiales y politólogo Waldo Panozo, en la institución se puede encontrar a policías que no tienen vocación y que forman parte de grupos delincuenciales.
“Cuando les descubren les dan de baja, pero siguen aprovechando esa condición de policías que tenían para delinquir”.
Recordó el caso de El Tancara, un expolicía que se convirtió en el delincuente más peligroso y que murió asesinado en la cárcel de El Abra después de haber cometido una serie de atropellos.
Surgen los que tienen padrinos
El licenciado en Ciencias Policiales y politólogo Waldo Panozo considera que los factores que obligan a los uniformados a desertar siempre han existido y solo desde "adentro" los viven y se desencantan de esta profesión. Esto se debe, dijo, a que solo los que tienen "padrinos e injerencia política" son beneficiados con destinos en el eje central porque "los demás departamentos son de castigo". "Los aspirantes a diferentes categorías ven el progreso de otros policías y quieren imitar, pero se dan cuenta de que no es tan fácil. El que tiene padrino o paga a alguien de la institución es beneficiado, incluso hay órdenes desde La Paz".
Panozo hizo referencia al libro de H.C.F. Mansilla: "La Policía Boliviana: Entre los códigos informales y los intentos de modernización", en el que revela que durante años, los policías estuvieron involucrados en actos de corrupción, asociaciones delictuosas para cometer atracos, torturas y otros actos ilegales y hubo mucha impunidad.
Las faltas más comunes de los agentes
La Dirección de Investigación Policial Interna (Didipi) es la instancia a la que llegan estos casos y luego pasan a la Fiscalía Policial, para luego instaurarse el proceso correspondiente y determinar la baja definitiva. Hasta el año pasado, luego de los conflictos internos en la Policía en contra de la Ley 101 del Régimen Disciplinario, fueron archivadas más de mil denuncias en contra de los efectivos policiales por diferentes faltas cometidas en el ejercicio de sus funciones.
Según el presidente del Tribunal Disciplinario de la Policía, coronel Henry Terrazas, desde la pasada gestión la mayoría de los casos estuvo relacionada con el estado de ebriedad de los policías, la inobservancia de las normas y procedimientos policiales, vulneración de los derechos humanos, abuso de autoridad, atribución de funciones y jerarquías que no corresponden, negligencia al prestar el servicio y hechos en flagrancia (delitos penales).
En 2015 y este año, el Tribunal recibió los procesos en contra de al menos una decena de policías involucrados en hechos de violación.
"Son cerca de 4.000 policías en Cochabamba y conocer simplemente que uno cometió estos delitos es alarmante. No se puede permitir ese tipo de conductas de los policías".
Dijo que en las diferentes instancias de investigación, al interior de la Policía, no hay los medios suficientes para realizar un trabajo especializado y que pueda concluir con la demostración de culpabilidad de una persona y la aplicación de la sanción que corresponde.
"No tienen (los investigadores y fiscales) el transporte, los materiales técnicos y científicos. Tienen que sacar fotografías con las cámaras de sus celulares. Muchos casos se han caído por un mal procedimiento, debido a estas falencias. Hay debilidad y fragilidad en la investigación que realizan".
Con relación a las sanciones, Terrazas detectó otro problema y está relacionado con la reincorporación de los policías. Señaló que tras cumplir su sanción de retiro temporal o de su solicitud de licencia retornan a la institución y no tienen ítem.
DATOS PARA TOMAR EN CUENTA
Una fuerza de seguridad estatal
La Policía Nacional de Bolivia es la principal fuerza de seguridad del Estado. Fue creada el 24 de junio de 1826 mediante una ley reglamentaria dictada por Antonio José de Sucre. Tiene la misión específica de la defensa de la sociedad y la conservación del orden público, mediante el cumplimiento de las leyes en el territorio nacional.
Dos unidades para el trabajo policial
La unidad especializada y la de orden y seguridad forman parte de la estructura de la Policía en Bolivia. Tiene 40 reparticiones, en las que prestan sus funciones los efectivos policiales en sus diferentes categorías, como las de los agentes subalternos, los oficiales subalternos, los oficiales mayores y la categoría de generales.
No comments:
Post a Comment