Los policías de la tropa percibían hasta 2014 Bs 4.5 para su alimentación y ahora reciben siete bolivianos cada uno, aquellos que se encuentran de servicio.
El presidente de la Asociación de Suboficiales, Sargentos, Clases y Policías (Anssclaspol), José Cáceres, explicó que, luego de las reuniones del año pasado con autoridades del Ministerio de Gobierno y el Comando de la Policía, se logró el incremento del monto destinado a la alimentación.
Sin embargo, este monto de dinero sigue siendo inferior del que reciben los privados de libertad como prediario y que alcanza a ocho bolivianos.
El comandante departamental de la Policía de Cochabamba, coronel Luis Aguilar, aseguró que los alimentos para la tropa se compran en el día.
"Es el cambio que se puede ver. Están comiendo mejor, el desayuno, almuerzo y cena. Los recursos llegan a tiempo, compramos y tenemos opción de cambiar cualquier producto".
Confirmó que incrementaron el monto de dinero destinado a la alimentación de la tropa. “Estamos bien en la preparación de las comidas”, puntualizó.
Este viernes, por ejemplo, los policías de servicio de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) almorzaron sopa de maní y como segundo asado en olla.
Un sargento que recibe este beneficio de la alimentación en la UTOP, de la avenida Heroínas, observó que cuando hay alguna emergencia, a raíz de un conflicto social, deben compartir con los policías que están acuartelados.
“No se cómo se organiza, pero no alcanza el almuerzo y tenemos que gastar de nuestro bolsillo para poder trabajar todo el día”.
CALORÍAS
Un policía requiere por lo menos unas 3.600 kilocalorías para mantenerse con energía durante todo el tiempo que está de servicio, afirmó la nutricionista Estefani Mercado.
Una persona que realiza actividad moderada durante el día requiere como promedio unas 2.500 calorías.
La nutricionista dijo que como los agentes gastan energía durante todo el día, por su actividad, necesitan alimentarse bien, con cinco tiempos de comida.
Para una alimentación mínima se requiere aproximadamente 12 bolivianos. Si en el desayuno se consume un vaso de leche con pan se requiere 2.5 bolivianos, una fruta a media mañana implica 1 boliviano.
Para la sopa se invierte como mínimo 4 bolivianos y, a media tarde, se necesita 2 bolivianos para un sándwich de huevo.
Para terminar el día se puede repetir un vaso de leche con pan.
La nutricionista considera que siete bolivianos es insuficiente para alimentarse bien durante todo el día, incluso si se prepara una olla común.
Si una persona no se alimenta bien estará con falta de energía, desganada, por falta de proteínas, lípidos, minerales y vitaminas.
LOS DESCANSOS
Según Cáceres, antes, el descanso de los policías estaba garantizado y podían encontrar otra ocupación para pensar en un crédito y mejorar sus condiciones, pero ahora no es posible.
“Por los conflictos sociales, los policías deben trabajar aunque estén de descanso. Se puede decir que en la Policía existe explotación laboral".
Informó de las denuncias que recibió de parte del personal del Batallón de Seguridad Física, donde con el argumento de que falta personal les rechazan cualquier solicitud de vacación o permiso.
El representante de los policías observó, como otro detonante para la deserción, el mal manejo de recursos humanos y los cambios de destino porque considera que no se enmarcan en las normas internas de la Policía.
"Hay funcionarios que permanecen en determinadas unidades por mucho tiempo. Hemos pedido que los cambios sean transparentes y se considere la rotación, pero no hay respuesta", dijo.
La Policía cuenta con un plan de carrera y el reglamento de administración de personal.
NORMAS DURAS
Cáceres también se refirió a la Ley 101 como otro de los factores que influye en la deserción.
"No se garantiza un proceso justo y por faltas que no ameritan, hay suspensiones del salario, les remueven de sus cargos y les ponen a disponibilidad del Comando, a la espera".
El responsable de la Dirección de Investigación Policial Interna (Didipi), coronel David Chávez, explicó que actualmente se encuentra en un trabajo de difusión de esta norma, que asegura, no viola los derechos de la tropa policial, sino todo lo contrario, los garantiza.
Cáceres calculó que de los 4.000 policías, aproximadamente, que hay en la institución (en Cochabamba), el 90 por ciento corresponde a la tropa, es decir, a quienes estudiaron en la Escuela Básica Policial (Esbapol) y tienen el grado de dragoneante, cabo, sargento segundo, sargento primero, suboficial segundo, suboficial primero, suboficial mayor y suboficial superior.
El resto son jefes y oficiales en los grados de subteniente, teniente, capitán, mayor, teniente coronel y coronel que estudiaron en la Academia.
LO IDEAL
Los policías entrevistados por este medio coincidieron en asegurar que es necesario mejorar los salarios para evitar la corrupción y anhelan un día tener el mismo estatus y condición de trabajo que los carabineros de Chile.
Añoran el pasado, cuando "ser policía", era sinónimo de ser respetado y admirado por los demás debido a su trabajo.
Un suboficial que fue a estudiar al país vecino se refirió a las grandes diferencias que existen entre los policías. Por ejemplo, dijo que el sueldo de un policía chileno, en el grado de suboficial, es de cinco mil dólares (más o menos 35 mil bolivianos) y en Bolivia alcanza a 3.500 bolivianos.
Se suma que la jubilación en Chile es después de cumplir 30 años de servicio y con el 100 por ciento de su salario. En Bolivia pueden dejar la Policía cuando cumplen 33 años de servicio, pero solo a la edad de 58 años, no antes, y lo hacen con el 60 por ciento de su salario.
En cuanto a la indumentaria, dijo que en Chile la institución les dota el 100 por ciento del equipo de trabajo, porque se considera que se trata de prendas fiscales que deben ser devueltas cuando están en desuso.
En el país, les entregan la tela para el uniforme, y las armas y otros equipos de trabajo deben ser comprados por cada uno de los policías. La inversión asciende a 1.000 dólares porque un arma puede llegar a costar hasta 800 dólares y además deben tener un tolete, manillas y silbato, entre otros.
Con relación a la salud, el suboficial recordó que los policías están obligados a someterse a una atención preventiva una vez por año para verificar sus condiciones físicas, psicológicas y sociales.
"Acá solo si estamos enfermos vamos a la clínica policial. Tenemos seguro, pero es muy burocrático ir para hacerse atender".
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