Tres oficiales de policía fueron sindicados como los supuestos responsables de tener conocimiento de lo que aconteció el pasado 23 de agosto de 2013, durante un enfrentamiento entre internos del régimen de Chonchocorito que causó la muerte de 35 personas y dejó malheridos a un centenar. Las declaraciones surgieron en el segundo día de la audiencia de juicio oral que se desarrolla en el Tribunal Primero de Sentencia, donde el principal sindicado de liderar la matanza, Pedro Luis Banegas Galdo (29), alias "Cindy", se abstuvo a prestar su declaración y argumentó que lo hará en una segunda oportunidad, luego de escuchar la versión de sus compañeros. “El único que puede decir la verdad acá soy yo”, indicó.
¿Quién dio el visto bueno?. La segunda intervención en audiencia la tuvo Luis Adán Tobías Ortiz (26), quien antes de iniciar su testimonio, dejó entrever que su vida podía correr peligro pero él mismo se iba a encargar de su seguridad. Tobías, reconocido entre los acusados por su mediana estatura y tatuajes en ambos brazos, responsabilizó de la masacre a un capitán de iniciales M.A.B., quien ese día se encontraba como responsable de la seguridad de Chonchocorito. “Este señor (capitán) dio el visto bueno de este acto (refiriéndose a la matanza).El coronel G.P. (gobernador de ese entonces) no tenía conocimiento que este señor usaba de mala forma su cargo”, insistió.
El acusado declaró que cuando empezó a tejerse el plan para tomar el control definitivo del Bloque A por agrias diferentes entre los detenidos, el interno Mauricio Soliz se contactó con un grupo de policías a los que denominó "Grupo Especial", quienes debían respaldar el ingreso a ese recinto, con el único fin de defenestrar al líder Herland Arteaga alias "Chichi" o el 30 (†). “Más que una amistad que tenían los policías con Mauricio había un interés financiero de por medio. Se tenía que juntar dinero para pagarles”, afirmó.
Todos se drogaron. El compromiso del capitán y su personal inicialmente era apoyar y resguardar la toma del control simulando una requisa, para ello se eligieron a 10 internos que debían hacer el trabajo. “Ustedes entran, sacan al 30 (Herland Arteaga), lo parten y yo entro”, habría dicho el oficial aludido. Sin embargo, el capitán y su gente a último momento evitaron pronunciarse y en una última reunión con "Cindy" se acordó entrar cortando la malla perimetral que divide ambos bloques. "Lo acordado fue entrar y sacar a nuestros enemigos junto con la Policía, pero sacarlos vivos, no muertos, pero todo se salió fuera de control", argumentó Tobías.
Tres días antes del ataque, William Oporto Mirando, recluido en el bloque A, fue traspasado por indisciplina al B y este se encargó de atizar más aún las diferencias revelando que sabía dónde estaban las armas que guardaba los del bloque A y quiénes custodiaban a su líder. Para este fin, aquella noche los policías responsables de cerrar cada una de las celdas permitieron que los internos Luis Pedro Banegas y Luis Alberto Tórrez Rojas (alias Cocacho, fallecido en el enfrentamiento) cerraran sus propias celdas 22 y 23 con sus candados.
A las 5:45 del 23 de agosto se convocó la presencia del policía responsable de las llaves de iniciales J.Ch.Q. y el interno Michel Pedraza se encargó de abrir cada celda para iniciar la toma del bloque A. El día del hecho para criar coraje, cada interno se suministró con tabletas de flunitrazepam (sicotrópico). Ya en el interior, todo se salió fue de control y Tobías, al culminar su testimonio, dijo que los veinte minutos que duró el enfrentamiento la Policía miró expectante lo ocurrido.
Demandantes
Familia de asesinados en Palmasola exigen ser tomados en cuenta
gloria Jiménez, quien se identificó como madre de Cristian Daza Céspedes, que murió durante el enfrentamiento calcinado, se quejó contra la Fiscalía por no haberlos tomarlos en cuenta para la acusación.
La mujer, junto a los padres de otros cinco fallecidos en la matanza, anunciaron que harán una representación formal para que los responsables sean condenados por estas muertes. "Solo buscamos justicia. Ese día mucha gente que nada tenía que ver en el lío murió a manos personas que estaban drogadas", dijo la mujer esperando que también los policías sean incluidos en el proceso penal. /E.D.
Anticorrupción
Procesos contra los uniformados no prospera
El fiscal de Homicidios José Parra, ante el cuestionamiento del porqué no estaban incluidos en el proceso penal los policías que ese día custodiaban Chonchocorito, aclaró que ellos como funcionarios públicos deberán responder ante en otro juicio oral que será instaurado por la Unidad Anticorrupción. De la misma forma el fiscal Mauricio Romero explicó que paralelamente a este juicio se instaurará otro contra policías y posibles autoridades penitenciarias. "En este caso van a venir a declarar los policías, pero en calidad de testigos", indicó.
Extraoficialmente se conoció que muchos de los policías que tuvieron cierta participación directa e indirectamente de las 35 muertes no han podido ser notificados debido a que han sido cambiados de destinos hacia otras ciudades y provincias.
En un informe de investigación presentado por el Defensor del Pueblo, Rolando Villena, consideró que en los luctuosos acontecimientos ocurridos en Palmasola emerge la responsabilidad estatal y en especial de aquellos policías responsables del sector Chonchocorito y particularmente del policía que cumplía las funciones de cabo llavero esos días.
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